Cerramos un viernes de diez

Confesemos: se nos ve felices, pero es que lo estamos. La cámara no engaña y podemos afirmar con confianza y alevosía que este grupo volverá a casa con las mejillas y la panza agotadas de echarnos risas tras risas. Bueno, y las piernas cansadas también, pero eso no se refleja en las fotos.
El viernes tarde nos ha llevado a una interesante visita a la estación de bomberos donde los más pequeños han cocido a preguntas tronchantes a los Vigili di Fuoco que tan amablemente nos han atendido. Ahora ya sabemos cuánto miden todas las mangueras del cuartel,  qué hacer si hay un fuego por atentado terrorista en el monte o cuántas llaves inglesas lleva un camión en una salida habitual. Información útil que hasta ahora no manejábamos y nos puede sacar de un aprieto si la vida nos pilla acorralados en un descuido.
Tras la visita, ¡piscina otra vez! pero hoy con sorpresa incluida. Al cierre del recinto nos han dejado quedarnos y Virgilio, que así se llama nuestro Chef (hoy en día cocinero ya parece que se queda corto, ¿verdad? Parece obligatorio esto de decir Chef. En fin) nos ha preparado junto a su equipo una barbacoa de longaniza de Graus con ensaladas, refrescos y picoteo, todo amenizado con musiquita fina y con gusto. Vaya, con las canciones que escuchan nuestros acampados que, aquí por primera vez no estamos de acuerdo, nos agotan un poco y es de una calidad bastante cuestionable. Este nuevo reggaeton no lo aguanta nadie cinco días seguidos, pero qué se le va hacer.
Y de vuelta a casa una última velada antes de la fiesta de mañana...preguntas de lógica, juegos de mímica y pictionaris para pasar un rato divertido, sin forzar del todo la máquina que el sábado promete :).
Mañana nos vemos de nuevo aquí, al otro lado de la pantalla. Y mientras tanto, ¡buenas noches, y buena suerte!

 ¡Foto de grupoooo!